domingo, 31 de mayo de 2020

¿Y ahora qué?


"Después de la tempestad, llega la calma....." Pasado el cautiverio (consecuencia del Estado de Emergencia), vamos recuperando la normalidad en nuestras vidas y seguro que la mayoría tenemos tantos proyectos pendientes, que nos van a faltar horas para poderlos realizar todos.

Ahora que volvemos a sonreír, yo me hago la siguiente reflexión....

¿Qué hemos aprendido de todo esto?

Durante estos días de confinamiento, hemos aprovechado para hacer muchas cosas que nuestro día a día había conseguido dejar en el olvido: leer aquel libro que habías empezado, estudiar, ver series de televisión, hacer manualidades, limpiar 100 veces diarias, cocinar con lo que teníamos en casa (algún día publicaré mi famosa receta Arroz Covid-19) o simplemente, no hacer nada.

Pero lo más importante de todo ha sido el tener que convivir y con ello, despertar ese instinto de preservación  y de unidad de la manada donde todos los miembros son importantes.

Le hemos dedicado mucho más tiempo (desde la forzada separación) a nuestra familia y amigos. Salido a los balcones para agradecer, felicitar o simplemente para saber que los vecinos estaban bien. 

Y por supuesto.... ha vuelto la solidaridad, el respeto, el compañerismo...

Pero.... ¿HAN VUELTO PARA QUEDARSE?, o por el contrario, ¿va a ser algo que en unos días habremos olvidado....?

Recuerdo, cuando en el año 2004 hicimos nuestro primer Camino de Santiago, viví una situación que viene al hilo... Durante el camino, todo era cordialidad, compañerismo y buen rollo con todos los que iniciamos etapa en el mismo punto... Nos saludábamos siempre con una sonrisa, estábamos pendientes unos de otros (a pesar de ser totalmente desconocidos hasta ese momento) y nos prestábamos ayuda entre nosotros.... Éramos una GRAN FAMILIA UNIDA y seguimos siendo esa gran familia hasta el día en que terminamos nuestra peregrinación en Santiago de Compostela. De repente todo cambió.... como si de una especie de conjuro se tratase.... presencié discusiones entre compañeros de ruta (incluso hubo quien estuvo a punto de llegar a las manos), insultos y malas caras.

Esperando ante la oficina del peregrino.


Creo que, a pesar de la gran tragedia que ha supuesto esta desagradable enfermedad, debemos quedarnos con lo bueno que ha pasado en nuestras vidas. Ahora tenemos la ocasión de seguir mejorando, o por el contrario.... dar carpetazo y seguir como si nada hubiera pasado.


Mucha salud y montaña para todos.... Cuidaros mucho. 

Esto lo paramos todos!!!!


2 comentarios:

  1. Hola Jose Vicente.

    No tengo la más mínima dura, de que todo volvera a ser como antes, eso de que el virus nos hará mejores, es la mayor patraña que se puede decir (ojo que puede haber casos que si, pero serán minoría).

    Solo hay que ver como en cuanto nos han dejado un margen de movilidad, la gente se aglutina en las terrazas de los bares, tira las mascarillas y guantes al suelo, contaminando los mares o ríos, no guarda las distancias de seguridad, se baña en la playa cuanto está prohibido ...

    A mi este confinamiento, me ha venido en lo personal fantástico, estos casi tres meses sin trabajar los necesitaba, somos esclavos del capitalismo!

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Gran reflexión amigo José Vicente,yo acabo de hacer una "algo similar",en la página de facebook de la Peña Senderista Esto Se Empina,que aprovecharé para poner en mi inminente primera salida a la montaña,el próximo sábado...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar